Un día el Melej Shelomó salió a pasear por los jardines de su palacio. Estaba cansado y se sentó a descansar.
El hermoso jardín era muy grande y tenía flores de todos los colores. Entre las flores había pequeñas abejas que iban de flor en flor.
De repente, una de las abejas voló cerca del Melej Shelomó …. y lo picó en la nariz.
Muy enojado, el melej les gritó todas las abejas:
“¿Quién me picó?”
Una abeja salió muy tímida y dijo: “Yo te piqué”.
El rey ordenó que atraparan inmediatamente a la abeja que lo picó.
“¿Cómo te sentiste al picar al rey?”, Le gritó el rey Shelomó.
“Yo estaba volando y desde lejos no pude distinguir entre la nariz del rey y una flor. Por favor, mi rey, ¡Perdón! No me dí cuenta. Si hoy me perdonas, seguro que un día podré ayudarte”.
El rey se rió y dijo: “¿Cómo puedes un animalito como tú ayudar al rey?”
Pero igual consideró perdonar a la abejita.
Les dijo a todas: ¡Váyanse! ¡Vuelen lejos!
Otro día, la reina de Shba, una reina muy hermosa de un país muy hermoso, vino a visitar al rey Shelomo.
Ella quería saber si de verdad él era el hombre más sabio de todos, y por eso, lo puso a prueba, para ver si sabía responder a cualquier pregunta.
La reina trajo con ella niños y niñas. Ella formó una fila con los niños, cada uno tenía flores de colores en sus manos. Pero s ólo uno tenía una flor verdadera.
Dijo la reina: “Todos los niños tienen flores artificiales, y solo un niño tiene flores reales, tu misión en descubrir qué niño tiene flores reales”.
Al rey Shelomó no se le ocurría cómo resolver la adivinanza, hasta que desde la ventana del palacio, llegó volando una abeja y se posó sobre una de las flores …
Enseguida Shelomo Hamelej supo cuál podría ser la flor verdadera y pudo resolver la adivinanza.
El rey agradeció mucho a la abeja que por su gran ayuda.
Published: Jun 29, 2020
Latest Revision: Jun 29, 2020
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