Libro de buen amor

Mester de clerecía

Durante la Edad Media, la iglesia desempeñó un papel importante en la preservación y difusión de la cultura tradicional. Esto sucedió gracias a las escuelas y universidades, lugares donde los clérigos actuaban. Los clérigos no solo eran personas de la iglesia, sino también literarios con cultura clásica y latino eclesiástica.

Una de las tareas de los clérigos era educar al pueblo:para hacer esto, durante el siglo XIII algunos de ellos comenzaron a usar el castellano y ya no el latín, con el fin de divulgar los conocimientos de los textos. Así fue que se desarrolló el mester de clerecía, el trabajo de escribir narraciones en versos por los clérigos.

Este tipo de poesía era basada en la búsqueda continua de la perfección, también gracias al uso de la cuaderna vía, forma métrica constituida por cuatro versos alejandrinos (versos de catorce sílabas) y cada verso tiene una pausa en el medio (a la séptima sílaba); cada cuaderna vía tiene una rima asonante.

Uno de los rasgos del mester de clerecía era la intención didáctica, es decir, enseñar a través de ejemplos y consejos. Otra característica era la diferencia por tratar temas religiosos o morales con un abundante producción de obras mariadas (sobre ala Virgen María) o de santos.

El autor

El nombre del autor es Juan Ruiz, que parece corresponderse con un arcipreste real que ejerció en Hita por aquel entonces.

Prueba definitiva de la existencia real de Juan Ruiz es una mención a un «uenerabilibus Johanne Roderici archipresbitero de Fita» que Francisco José Hernández encontró en 1984.

Estudios apuntan que nació en 1283 en Alcalá de Henares, cerca de Madrid. 

Su formación fue en Toledo, donde cursaría estudios superiores y saldría convertido en clérigo. Con el paso de los años terminaría convirtiéndose en arcipreste de la diócesis de Hita, pueblo cerca de Guadalajara. El arcipreste es un mandatario eclesiástico que tiene a su cargo un conjunto de parroquia para dirigir su acción pastoral y sustituye en algunas ocasiones al propio obispo.

A esa personalidad de clérigo secular y arcipreste, se le une una infancia y adolescencia un tanto novelesca, que le hace discendente de Arias González de Cisneros, caballero palentino, que combatió en la guerra de Granada.
Juan pasó años en prisión por orden de el arzobispo de Toledo, Gil de Albornoz, por causas desconocidas. En la cárcel, dónde permaneció entre 1337 y 1343, podría haber terminado de dar forma al libro del buen amor.

La obra

La obra es una narración autobiográfica ficticia, en la cual el autor nos cuenta una larga serie de episodios y aventuras sentimentales, y presenta la narración como una lección y una advertencia para aquellos que no pueden seguir el camino del buen amor, mostrando su moral. Su protagonista es un arcipreste, un amante persistente y tenaz que continuamente trata de alcanzar la plenitud del amor, aunque, consciente de sus peligros y contradicciones.

El autor quiere demostrar la fuerte oposición que existe entre el amor pecaminoso y carnal, es decir, el amor loco y el amor puro dirigido a Dios y a la Virgen, es decir, el buen amor.

No sabemos con certeza cuándo escribió Juan Ruiz la única y extensa obra que se le conoce, que él mismo nombra en el interior del texto como Libro de buen amor.

Està escrito en primera persona, y este esquema narrativo permite la inserción repetida de variados casos de amor, así como la inclusión de cuentos, fábulas y relatos, canciones o refranes.

Disquisiciones didácticas

La parte didáctica está ocupada por una gran cantidad de fábulas e historias, que utiliza para ilustrar algunas enseñanzas o principios morales, o para reforzar los temas de los interlocutores en el diálogo. Algunas disquisiciones didácticas tratan temas seculares, como astrología, música o cuestiones de derecho civil y canónico; otras se ocupan de cuestiones religiosas y morales, como los pecados capitales, la confesión, las armas del cristiano, el dinero y sus propiedades.

Estructura

El «Libro de buen amor” es una obra compleja y heterogénea, y tiene una estructura muy variada:

–prólogo, en que el autor explica el sentido e interpretación del libro;

–relato de las adventuras del protagonista, en que narra sus amores con distintas mujeres ayudado por una alcahueta conocida como la Trotaconventos;

–colección de ejempla, cuentos con finalidad moralizadora;

–disputa entre el autor y don Amor;

–narración de los amores de don Melón y doña Endrina;

–relato alegórico entre don Carnal y doña Cuaresma, parodia de los Cantares de Gesta;

–comentario al «Ars amandi» del poeta latino Ovidio;

-sátiras y parodias;

–composiciones líricas religiosas (gozos e himnos);

-diversas composiciones líricas profanas (serranillas).

Lenguaje y estilo

La obra presenta una gran variedad de versos y la cuaderna vía prevalece, aunque Juan Ruiz la aplica con flexibilidad.

El Libro del buen amor se caracteriza por su acercamiento a la poesía popular, una enorme riqueza verbal, el uso de sinónimos, y por una variedad de temas, géneros y tonos cultivados.

También hay enumeraciones, juegos de palabras y refranes.

El lenguaje está influenciado por las culturas árabe y judía que, junto con la cristiana, coexistieron en la ciudad de Toledo. Todo esto le da vivacidad y humor a esta obra llena de realismo y viveza.

Personajes

En la trama del libro hay personajes alegóricos y episodios. Después de los fracasos del protagonista, aparece Don Amor, con quien disputa furiosamente la causa y el origen de todos los pecados, pero sigue siendo quien lo adopta y le da consejos para las conquistas amorosas. A estos consejos Doña Venus también se agregará con sus amonestaciones, para que el Arcipreste no tenga más que hacer que ponerlos en práctica con la ayuda de Trotaconventos, una mujer anciana, de baja condición social, muy aguda y leal.

El “Libro de buen amor” salta al teatro

Cuentos autobiográficos, morales, historias alegóricas, composiciones religiosas, cuya autoría responde a Juan Ruiz, Arcipreste de Hita, se trasladan al teatro en uno de los principales proyectos con los que la compañía del Teatro Guirigai celebra 40 años en el escenario. La versión escrita y dirigida por Agustín Iglesias se estrena el 1 de noviembre en la XXIV edición del Festival Medieval de Elche, cerrando este evento cultural en la ciudad de Alicante.

Este montaje, que cuenta con música original de Fernando Ortiz propone una mirada contemporánea a los versos del Arcipreste de Hita, escritos en el siglo XIV.

Agustín Iglesias ha concebido la idea de una Comparsa del Arcipreste, cuyos componentes son cinco juglares que recorren los pueblos y muestran ante los espectadores momentos de la juventud del autor del Libro del Buen Amor, “enamorado de cristianas, moras y judías”; escenas de la obra, como los consejos de Don Amor y Doña Venus; la historia de Pitas Payas; la de los amores de Don Melón y doña Endrina; la de Trotaconventos o el combate entre Don Carnal y Doña Cuaresma, uno de los momentos más populares del libro.

Link:https://youtu.be/2vwESvjULfM