Sospechaba que mi vecina era una bruja, pero descubrí que era una bruja buena

Hace muchos años en un bosque oscuro,situado en Bruselas (Bélgica),había una niña con pelo moreno,ondulado sobre unos ocho años llamada Lola. Al pasar todas las mañanas por ese bosque oscuro podía ver una casa de madera sucia, oscura por la que la rodeaba un huerto muerto donde vivía su vecina , Meca.

Meca parecía una bruja mala. Tenía la nariz puntiaguda y al lado una verruga .Siempre le sonreía con una sonrisa siniestra. Lola siempre sospechaba que había o hacia en esa casita de madera.

Una mañana paseando por ese bosque Lola volvió a ver la casita de madera , pero esta vez la puerta estaba abierta. Lola se fue acercando cada vez mas a la casita y sentía como su corazón latía cada vez más fuerte por el miedo que sentía. Al tocar el pomo dorado brillante como un diamante le entró un escalofrío. Entró dentro de la casa , con miedo. Al entrar hacía mucho frío.

La casa era oscura ,tan oscura que no se podía ver nada. Los muebles estaban rotos, con polvo y desgastados.

Lola caminaba despacio por si Meca estaba dentro.

Quiso explorar un poco la casa , así que entró primero a la cocina

No había nada. Solo metales oxidados y un cazo gigante.

Siguió con la casa. Iba por las escaleras, por cada paso que daba parecía que se iba a romper uno de los escalones. Entro en un dormitorio, solo había una cama. Parecía que nadie dormía ahí.

Lola de repente escucho un ruido, era Meca. Lola intento esconderse así que entro en el baño. Olía mal, como a podrido. Se notaba como el suelo temblaba cuando Meca daba un paso. Lola podía ver por la rejilla como Meca entraba dentro de una habitación. Lola por un lado tenia miedo y se quería ir pero por el otro tenia mucha curiosidad por saber que era su vecina, así que se quedo. Pasaron  horas y horas y Meca no salia de su habitación. Lola tampoco salió del baño y se quedo ahí la noche.

A Lola la despertó un sonido que venia de abajo. Loa se asomo a ver que pasaba y vio como Meca hacía un hechizo. Decía así:

-¡Por encima de las hayas y os matorrales!

De repente desapareció, y no había rastro de ella. Lola decidió repetir el hechizo, pero algo fue mal:

-¡A través de las hayas y los matorrales!

Lola se sorprendió de lo rápido que llego pero sentía algo raro. Cuando miró a ambos lados vio como los matorrales le pinchaban por todo el cuerpo con sus zarzas. Cuando miró al frente veía como unas brujas con sus vestidos negros y sus gorros puntiagudos se reían de ella mientras sangraba. Lola no se podía mover de tal dolor pero de repente apareció Meca.

Se acercaba a Lola poco a poco. Lola tenía bastante miedo, no sabía lo que le iba a decir, o hacer. Cuando Meca le cogió del brazo, las otras brujas se callaron. Meca le miró a los ojos y le dijo:

-Ven conmigo.

Lola le cogió de la mano con miedo, Meca empezó a caminar con ella. La siguió temblando con mucho temor. Pasearon por bosques oscuros. No parecían muy seguros. No paso mucho hasta que vimos la casa de Meca.

Se paró, le miró a los ojos y le dijo:

-Ven, te curare en mi casa.

Lola le miró con cara rara, no entendía porque una bruja la iba a ayudar. Lola no le quiso decir nada por si acaso. Cuando entro dentro de la casa le volvió a entrar el escalofrío de ayer. Meca le dijo:

-Venga…Entra dentro,te curare las heridas.

Lola la miró a los ojos. No sabía que decirle. Lola se sentó en una silla pequeña de madera. Meca fue al segundo piso para coger un botiquín. Lola miraba alrededor de la casa. Mirando a los muebles recordaba como hace unos minutos estaba en esa misma casa escondiendose en ese oscuro baño.

Meca bajó por las escaleras con el botiquín en las manos. Se sentó junto a Lola y saco una venda y un bote de vetadine. Lola se sentía mas relajada al ver que se preocupaba por ella. Lola estiró el brazo permitiendo a Meca curarla. Le echo un par de gotas de vetadine y la venda por encima. Lola le agradeció y después le dijo:

-Gracias, y lo siento mucho por creer que eras una bruja mala, resulta que eres una bruja buena.

Meca respondió:

-No pasa nada. Ahora has aprendido tu lección. Y puedes confiar en mi para lo que quieras.

Meca la miró a los ojos y le indicó como volver a casa. Lola le agradeció otra vez. Lola volvió a casa pensando en lo que le dijo Meca. Cuando llego a casa se fue a dormir para que mañana sea otro día.