Guía para viajes en el tiempo

Para Nora y Max, por un viaje inolvidable.

Si estás leyendo esto, es porque recientemente has tenido un encuentro misterioso con un personaje proveniente de otra época, y que por alguna extraña razón has decidido seguirlo a su tiempo.

¿Qué debo llevarme?

¡¡¡Atención!!!, ni se te ocurra pensar que en ambos periodos de tiempo se vestía igual, o que se llevaban las mismas cosas en el bolso.

Lo primero que tienes que hacer es contactar con la tienda de disfraces más cercana, y alquilar un vestido de la época que vas a visitar, con complementos a juego como un abanico y un monedero. Asegurate de que corresponda realmente con ese momento de la historia. 

A no ser que quieras que te acusen de brujería, no lleves móvil, ya que en ese entonces por tener, no tenían ni agua corriente. Te aconsejamos llevar un pañuelo de tela, porque los clínex no aparecen hasta la Primera Guerra Mundial. Te recomendamos coger una tiritas invisibles para las ampollas que seguramente te salgan con los zapatos de esa época (aún no se han inventado los zapatos moldeados para cada pie).

Diferencias sociales

En esta época que vas a visitar, las diferencias entre clases sociales son enormes, y a pesar de que empieza a haber una minoría que piensa en la igualdad de todos los seres humanos, aún no se ha conseguido un cambio significativo en la sociedad. 

Por un lado, predomina el pensamiento de que los aristócratas son más importantes, por el simple hecho de tener en sus venas sangre noble. Es decir, que provenían de una familia a la que el rey concedió privilegios a cambio de ayuda en la batalla.

Por otro lado, aunque empiezan a surgir ideas como lo igualdad entre clases sociales, estas parecen ser un tema tabú en conversaciones públicas. Además, los libros que hablan sobre ellas son considerados textos prohibidos.

Teniendo todo lo anterior en cuenta, te recomiendo que no hagas ningún comentario que pueda considerarse adelantado a la mentalidad de este periodo.

Simbología en la forma de vestir

¡¡Ojo con lo que te pongas!!, ya que la forma de vestir está muy condicionada con la clase social a la que perteneces o al género que seas. Lo básico que debes saber es lo siguiente:

1) Si llevas el pelo suelto eres soltera, mientras que si lo llevas recogido estas casada.

2) La calidad de la tela que lleves tiene que ver con la clase social a la que perteneces y al dinero que tienes.

3) Si te pillan vistiendo con ropas de hombre siendo mujer, la justicia te puede castigar.

¿Cómo debo comportarme?

¡¡¡Cuidado!!!, has ido a parar a un momento en el tiempo en el que contrariamente al nuestro, las mujeres no tienen voz ni voto, mientras que los hombres tienen el derecho a opinar.

En primer lugar, los hombres tienen derecho a hablar cuando les apetece, y a comentar sus opiniones en voz alta. Así como a actuar como creyesen oportuno y poder ir solos por las calles sin miedo a que les pasase algo. Además, deben ir vestidos con pantalones.

En segundo lugar, se espera de las mujeres que siempre vaya empolvadas, y que sean excesivamente exageradas, es otras palabras, desmayarse en alguna que otra ocasión y dar chillidos de alarma al encontrarse con un animal callejero.

Para concluir, por muy enraizada que este la idea de la igualdad entre clases sociales, esto es, que todos los seres humanos son creados por Dios y poseen la misma dignidad, en la mente de una persona ilustrada, la mujer no es tomada en cuenta ya que para ellos, una mujer nunca podría igual a un hombre.

La figura de la mujer en la sociedad ilustrada

En aquella época, las mujeres tenían muchos menos privilegios que los hombres, y se les trataba como si fueran seres inferiores. Aquí te dejo algunos consejos para que sepas que hacer y qué no hacer cuando llegues allí.

Por ejemplo, si una mujer se quedaba encinta sin estar casada, esta era inmediatamente repudiada por la sociedad, dejándola todo el mundo de lado ya que “es su problema, ella se lo ha buscado”, cuando en verdad debería ser responsabilidad de ambos (el padre y la madre).

Las mujeres también debían guardar decoro a la hora de hablar. Es decir, solo hablaban cuando era realmente necesario, pero no podían dar su opinión acerca de lo que se estaba hablando en una conversación, y mucho menos contradecir a un hombre. Hablando del trato con los hombres, la mujer siempre debía obedecer al marido en todo lo que diga y respetarle.

Respecto a la imagen, todas debían ir bien vestidas, maquilladas, y con un peinado adecuado para la situación a la que se presentaban. Por último, las mujeres eran muy exageradas, con esto me refiero a que se desmayan de vez en cuando, les dan asco bastantes cosas, y se asustan por cualquier perro callejero que pasaba por la calle.