by Karen Alkalay-Gut
Copyright © 2015
Karen Alkalay-Gut
Poesía
Traducción Oscar Aguilera
Verano 1990
Ese verano usaba barniz para las uñas que era casi negro
y me contorsionaba y daba vueltas en torno a un crucigrama de nombres
y buscaba el orden en la vida de la mujer y la idea de la vida
en tanto que la mujer que más amaba partía camino a la muerte.
Ese verano mi protegido me abandonó y me encontré con viejos amigos
y vi que los más viejos eran vacíos o perversos.
Ese verano Mellors regresó a Francia
y no me despedí de él ni le dije que me importaba.
Ese verano un hombre se enamoró muy extrañamente
y yo observaba su congoja y no sentía nada,
lo comprendía y no me importaba
lo suficiente, aunque yo misma he soportado obsesiones
tan desesperadas y tristes como la que él tenía por mí.
Ese verano dormí sola más
de lo que he dormido sola desde que te conocí
y pasé más noches insomnes de las que jamás he conocido,
aunque me abrazabas y me amabas más intensamente que nunca.
Ese verano la traición de la sangre me unió con una familia
que creía que estaba medio mundo y una generación lejos.
Ese verano soñé que las piedras se agrupaban
y gruñían cuando yo pasaba, y yo gritaba “no, no” en mi sueño
pero las piedras, aunque yo sabía que no podían destruirme
me seguían hasta la puerta del despertar.
Ese verano mis compañeros eran vampiros de libros,
especialmente LeStat, traqueteando por las calles de Nueva Orleans.
Ese verano alguien muerto seguía susurrando
“Esto es lo que mereces, es el pago
por pretender ignorar por tanto tiempo”,
y contemplaba la foto borrosa de nosotros,
yo de espaldas a él con su traje blanco
y rogaba no perdón sino paz,
e incluso en la foto él decía: “Despídete
de cualquier paz que hayas deseado. Esto
es lo que mereces, te matará
pero sabrás lo que es sentirlo”.
Ese verano usaba lápiz labial color mora
y mi rostro estaba pálido y no me atrevía a tener la esperanza de
que el verano terminara sin agonía.
Simpatía por el demonio
Incluso tú, Príncipe, algunas veces estás ciego,
viviendo tan profundamente en la oscuridad;
sin duda la maldad es fácil como el egoísmo,
y que alguien como yo saborearía
tu especie de soledad, paladeando
aquellos días seductores, noches en lechos vacíos.
¿Qué puedo decir? Tu manera es tan masculina…
Y cuando nos encontramos esa noche en el cruce de caminos
marché un poco contigo, observando cómo se torcía
tu bastón, deseando poder aplacar
todas las congojas de tu mundo. Pensé
acunarte, como un discípulo agónico,
en mi dadivoso regazo; incluso no escuché
todas las ofertas de sabiduría que me hiciste
a cambio de mi alma.
Incluso cuando enarbolaste el contrato,
seguro de mi firma, no estaba prestando
atención, embrujada por ese dolor
en tus ojos, esa necesidad de algo bueno,
¿me atreveré a llamarlo… amor?
Después de hacer el amor
“Terminen de comer” mi abuela
urgía a sus niños
esperando levantar la mesa
para la siguiente comida. Pero
ellos se reían, “¿Terminar?”
Y mordisqueaban su pan.
“Cuando has terminado de comer
estás muerto”.
El vellocino de oro
Tienes que admitir la súplica de un dios
hecha desde tus aros;
parte de tu más puro y hermoso sueño,
el lóbulo mismo de tu seducción.
Es el mismo dios que emerge
de tus caderas en la danza,
el mismo dios que te da tal alegría
en la posesión, el mismo dios
que dice que toda pasión, toda verdad
está en tus momentos
del más grande placer.
La zapatilla
Debes admitir
que para nuestros propósitos
el vidrio es mucho más apropiado
que la piel. Su propia rigidez…
El diminuto pie perfectamente colocado
en la forma demasiado pequeña para todas
las hermanas, no ocultando
nada de sus líneas consumadas,
capaz de maniobrar en el campo del baile
incluso ante las complejidades de una gavota.
El tamaño perfecto fue siempre la primera regla de la belleza.
La segunda es deslizarse en una forma prescrita.
Mangas
Me despierto
y las mangas de mi preocupación
todavía están deshilachadas, el hilado
enrollado alrededor de mis brazos
como filacterias.
Así es como
leer a Shakespeare y Blake
antes de dormirse en Tierra Santa;
la tortura de la devoción y la culpa
como una sola.
Una selva
Aquí
en este oscuro
dulce bosque
aprendo
los movimientos
del hacha,
extendiéndose hacia atrás
e inclinándose hacia adentro
en la madera,
el apretón separado
de dos manos
en el mango
deslizándose juntas
cuando la hoja
muerde el corazón,
liberando aroma
de madera interior
luego el ritmo
de repetición.
Es la más
poderosa lección
de todas.
Una y otra vez
el cuerpo devora
incluso el más duro bosque.
Ulises
Hay peligro
aquí
en estas profundidades
que son demasido suaves
demasiado cálidas.
Hay peligro.
Tal vez surgiremos
perdidos para siempre
para no retornar
nunca a nuestros hogares
Estoy tan contenta
Estoy tan contenta de que no seamos vírgenes
o que tengamos que fingir ignorancia,
decoro. Quiero decir que tú sabes y yo sé
que hemos pasado o visto o soñado todo eso.
Mira, he dado a luz
enfrentando una puerta abierta que da a una sala ocupada
he rasgado la parte delantera de mi vestido ente un público como tú,
he dicho lo que tenía que decir, que prometí no
decir
(y lo supe de mi tía el mismo día siguiente),
avergonzada
Mis padres, y mis hijos,
una y otra vez
y pasé por todo eso
y lo confieso todo
y río.
¿Qué pretensiones de decencia podría tener?
Y tú tú has oído este tipo de cosas antes
tal vez no aquí, no de mí
pero cuán diferente puede ser lo que has visto o experimentarás
de lo que yo sé o sabré
así es que podemos relajarnos y tratarnos mutuamente como gatos
que huelen impersonal, afectuosamente
las partes privadas de los huéspedes.
Aquí y allí
Aquí unos pocos poemas
allí unas pocas lágrimas
¿qué más se necesita
para darle forma a la vida?
Uno mismo
Uno mismo
uno mismo
gotitas de agua
sobre una hoja flotante
cuyo peso la sume
en la nada.
La exhibicionista en su boudoir
Si un árbol
cae en un bosque
y las cortinas
son cerradas
y si los hombres en mi vida
y el perro
están durmiendo
y si me saco
la ropa
al son
de la música en mi cabeza
y murmuro
a mis amantes imaginarios
todo
lo que se pierden
y que necesitan
conocer
quién podría decir
que yo no soy
el genio, la culminación
de todos los sueños
Published: Feb 19, 2015
Latest Revision: Feb 19, 2015
Ourboox Unique Identifier: OB-32868
Copyright © 2015
Beautiful book!
thanks so much Shulamit! how is the Spanish?